29 de febrero de 2008

Felisa

La tía Felisa lo tiene casi todo en la vida: una silla plegable donde sentarse; una mesa de tablerillo martilleada a conciencia donde apoyarse; una estufita de butano que le calienta los riñones en diciembre; y una sombrilla playera que le resguarda de los chuzos de sol que cuelgan en agosto del cielo.
Fragmento del cuento La tía Felisa.
Primer Premio XIX Edición Narración Breve De Buena Fuente

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