17 de marzo de 2008

Malvasía

Tengo oído que si pruebas un racimo de malvasía en año bisiesto puedes llegar a comprender cosas inexplicables: desde el croar de una rana enamorada a la composición geométrica de un hormiguero. Y no sólo entiendes pormenores de la naturaleza más o menos misteriosos sino también canalladas de la historia como cuando guillotinaron a un rey de sonrisa bobalicona o como cuando quemaron en la hoguera a un hereje más devoto que San Francisco de Asís. Casi nada se resiste a su influjo. Hasta la cara más oscura del mal resulta comprensible al engullir esta uva de piel blanca como una almohada. Su benevolencia sólo se detiene en casos de crueldad imperdonable. Es así que la malvasía te permite llegar a comprender las bellaquerías más deplorables de nuestros antecesores menos los campos de exterminio nazis. A tanto no llega su bondad.
Fragmento del cuento Malvasía.
Publicado en el número 20 de Piedra de Rayo.

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